He tenido la oportunidad de participar, gracias a mi anterior
empleo como Coordinador del Proyecto ICI (Intervención Comunitaria Intercultural)
en el barrio de las Margaritas en Getafe, en una experiencia de innovación
educativa que he visto crecer y de la que he sido parte a lo largo de varios
años. Esta experiencia modificó la realidad local tanto del IES Menéndez Pelayo
como del propio barrio, me refiero al “Aula de la Naturaleza”.
Esta historia arranca a través de la implantación de un
proceso comunitario en uno de los barrio menos favorecidos del municipio de
Getafe, me refiero como no al barrio de las Margaritas, un barrio creado por,
para y desde las migraciones, tanto internas como externas de familias de clase
obrera que en diferentes momentos de su historia han llenado de vida, de
dolores y placeres a un territorio donde sus calles, que tienen nombre de
flores, se engalanaban en las fiestas.
Si concretamos un poco más en relación a este proceso
comunitario, podemos decir que desde el 2010 hasta por desgracia este año, ha
venido funcionado una línea específica de actuación que denominamos “Grupo
Socioeducativo” que estuvo compuesto por los diferentes actores que componen la
comunidad educativa, desde infantil hasta bachillerato, e incluso en ocasiones
puntuales contamos con la Universidad Carlos III, aunque fueron la menos, desde
la educación formal por supuesto hasta la inestable y precaria educación no
formal de la que tanto hemos aprendido, desde la policía local con su unidad de
menores y violencia de género, hasta el compañero del EOEP que tanto ayudaba a
serenar al grupo. En total 2 IES fusionados, 4 CEIPS y 1 Escuela Infantil, sus
AMPAS, su Centro Cívico de Barrio y sus verdaderos protagonistas a quienes iba
dirigido, el alumnado diverso e intercultural tan estigmatizado por tantos y
tantos rumores, estereotipos y prejuicios.
El objetivo del grupo era mejorar el éxito y la calidad
educativa del alumnado, así como mejorar la convivencia tanto dentro (centros
educativos) como fuera (barrio). Establecimos una reunión mensual durante el
curso escolar durante estos años y lo más interesante de todo esto es que
realizamos una “Educación Comunitaria Intercultural”, donde los protagonistas
de la comunidad educativa, autodiagnosticaron los problemas estructurales que
tenía y en gran medida sigue teniendo el barrio, priorizaron sus propuestas y
desarrollamos programaciones comunitarias que implementamos durante varios años
y conectábamos con el resto de iniciativas comunitarias existentes en el
barrio.
Fruto de estas colaboraciones surgió el “Domo Aula”, que
consistía en una campaña de crowfunding que abrimos a la comunidad educativa,
al barrio, a la ciudad y más allá para conseguir financiación suficiente para
los materiales y posterior construcción colectiva de un domo geodésico en el
patio del IES, donde está el huerto y que sigue siendo una realidad sostenible
en el tiempo.
Para terminar quisiera decir que la mayor innovación
educativa que he vivido no ha sido con las nuevas tecnologías (que sin duda han
ayudado), sino con la azada, desmontando palets, o haciendo albóndigas de barro
con semillas dentro. Quiero aprovechar esta entrada, para poder recordar, el
invento de Antonio, quien fuera en su momento presidente de la Asociación de Vecinos
del barrio, quien ideó y puso en marcha la recogida del agua de la lluvia del
tejado del Centro Cívico, mediante el uso de, vasos comunicantes, uniendo
contenedores de basura ya en desuso, unidos por tuberías a diferentes niveles,
que servía para poder regar el huerto ecológico que se movió de lugar en el
barrio gracias a la intervención comunitaria intercultural.
Para más información:
https://www.mamaterra.info/media/PDF/pdf_general/pdf_premis2/IES%20Menedez%20Pelayo.pdf